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Seguro que más de una vez os ha pasado que habéis abierto una bolsa de patatas, no la habéis acabado y cuando habéis ido a comerlas de nuevo están rancias o blandas. Lógicamente, como en cualquier otro producto, la vida útil empieza a acortarse considerablemente una vez que el envase está abierto, pero siempre es posible conservar las patatas durante bastantes días si tenéis en cuenta los consejos que os vamos a dar hoy, para evitar los problemas de oxidación y absorción de humedad.

¿Y qué es la oxidación?

La oxidación es un fenómeno por el cual los aceites y grasas de los alimentos se deterioran, dando lugar a la aparición de sabores y olores indeseables, lo que comúnmente denominamos rancidez. Este proceso se acelera mucho por tres factores, que son la presencia de oxígeno, el calor y la luz.

Por otra parte, ¿a qué se debe que las patatas se pongan blandas cuando se dejan abiertas durante mucho tiempo?

Pues esto se produce porque los alimentos interactúan con la atmósfera que les rodea, habiendo una transferencia de humedad desde la parte más húmeda a la más seca. Por ejemplo, la carne o el pescado van perdiendo frescura a medida que pasa el tiempo porque su humedad es superior a la atmósfera que le rodea. Por el contrario, unas patatas fritas han de tener muy poca humedad para estar ricas y crujientes, por lo que irán captando humedad del aire si no son bien conservadas.

Entonces, ¿qué debemos hacer?

Pues bien, todo empieza por la forma de conservación de las bolsas antes de abrirlas, pues ello determinará también que, una vez que se empiecen, se mantengan intactas todas sus propiedades. Y, en este sentido, tenemos que hacer hincapié en la correcta ubicación y colocación en el punto de venta, donde las patatas deben estar protegidas de la luz del sol y otras fuentes de calor para impedir su oxidación.

Igualmente, cuando el consumidor compra la bolsa y se la lleva de viaje, en ningún caso debe permanecer expuesta a los rayos solares o temperaturas muy elevadas, ya que todo eso hace que las patatas se deterioren rápidamente.

Una vez aclarado esto, pasamos a lo que ocurre cuando se abre el paquete. Ante todo, hay que tener en cuenta que el producto empieza a estropearse a consecuencia de los dos factores comentados anteriormente: por un lado la oxidación, que se produce cuando entra el aire a la bolsa y también cuando se somete a temperaturas elevadas y mucha luz; y, por otro, la humedad, algo especialmente habitual en estas fechas en los lugares de playa.

Pues bien, el principal consejo para evitar que esos factores dañen nuestras patatas fritas es procurar mantener la bolsa lo más hermética posible, algo que podemos hacer doblando muy bien la parte por donde la hemos abierto y cerrándola con una pincita o una cinta adhesiva. También, por supuesto, es fundamental que el paquete esté lo más resguardado posible del sol, la luz y el calor.

A algunas personas, les gusta sacar de la bolsa las patatas que no se han consumido en el momento y meterlas en algún tipo de bote o fiambrera. Nosotros os lo desaconsejamos, porque el pasar el producto de un recipiente a otro conlleva posibles contaminaciones y se podría estropear más fácil. Lo ideal es dejarlas en su envase original y muy bien cerrado.

Estos consejos que os damos principalmente para las patatas fritas, también los podéis aplicar para los frutos secos, aunque, lógicamente, dependiendo de qué producto se trate, conseguiremos conservarlo durante más o menos tiempo.

¡Esperamos que os haya sido de utilidad el apunte! Y si tenéis alguna duda, no dudéis en plantearla.

#NosEncantaSantoReino

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